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jueves, 26 de julio de 2012

||Two-shot|| Un Sauce Y Dos Meses~ 2MIN


Titulo: Un Sauce Y Dos Meses
Autor: Dinohyun
Género:Waff
Parejas: 2MIN
Dedicado: Dedicado a Miluesp_Espero te guste dongsaeng ^^
Otros: Historia totalmente tierna y pura, mucho romance y momentos lindos, iba a ser un Oneshot pero lo decidi hacer Twoshot, espero les guste ^^


•´¯`•._Un Sauce Y Dos Meses_.•´¯`•




De pequeño me encantaban las aventuras, me gustaba correr y gritar, amaba el viento, incluso me sentía que era el rey del viento. Mi hermano y su esposa se iban por los dos meses de vacaciones de verano al Campo. Yo solo tenía cuatro años, pero mis ganas por ir con ellos eran muy grandes, no es que quisiera ir con ellos, si no que se llevaban a mi sobrina, ella y yo nos llevábamos por un año de edad.

La primera vez que se fueron y no me llevaron llore mucho. Pensé en mi mente de niño que mis ojos se secarían como fruta seca y se caerían. Mi madre me llevo al centro comercial ese día, me compro un celular de juguete, de esos que suenan divertido, que marcas un botón y contesta la voz ridículamente sensual de una operadora ficticia, pero yo estaba feliz.

Veníamos en el colectivo y llame a mi hermano con mi súper celular. A la edad de cuatro años según yo ellos me contestaron. Ridículo es, ya que si hoy lo pienso en esos años aun no exitia mucha gente con celulares.

Me contestaron y me puse a llorar. El caballero del colectivo al ver a un pequeño con sus ojos derramar lagrimas me regalo un talonario de boletos. Me calle por un instante pero al llegar a casa volví a llorar.

La noche cayó y me fui al mundo de sueños. Estaba en el campo, mi campo, ya que nunca había ido a un lugar así. Había grandes vigas de trigo, solo trigo en muchos kilómetros. El viento lo movía calidamente, de un lado al otro, el movimiento del trigo parecía llamarme con su vaivén.

Camine mucho hasta que llegue a una cima, ahí estaba lo que yo en esos años llame una corona café. La llame corona por que en ese tiempo pasaban un comercial de café de trigo y al final de la propaganda salía una corona café.

Corrí hasta mi corona, justo cuando la iba a tocar desperté. Abrí mis pequeños ojos de cuatro años. Mire a mi alrededor, no estaba en mi casa.

A los pies de la cama había un chico de uno o dos años mayor que yo. Me miraba fijo con sus grandes ojos, la profundidad de su mirada me hacia sentir nervioso. Su cabello llegaba hasta sus hombros, con leves ondas.

Me moví a un lado de la cama sin decir nada, el se movió hasta el extremo donde estaba. Me moví al otro extremo y el hizo lo mismo. Vestía de una manera extraña, nunca en la ciudad había visto a alguien así. Tenía unos pantalones plomos con suspensores marrones. Una camisa blanca con una humita en su cuello, una boina ploma que hacia resaltar sus grandes ojos.

Me desespere, el seguía todos mis movimientos. Lentamente baje mi mano y tome una de mis zapatillas. Ya!.- Grite mientras le lance mi zapatilla en su rostro, alcance a ver que le llego en la frente.

- Ah eso dolió.- Grito el muchacho de pantalones cortos, si le llegaban hasta arriba del tobillo.
- Pero que paso aquí.- Casi me desvanecí cuando vi a mi hermano entrar en esa habitación.
- Ese niño alzado me lanzo su zapatilla.- Dijo sobandose la frente, en sus ojos se veían lagrimas asomarse.
- Esperen aquí.- Dijo mi hermano saliendo de la habitación.

Mi hermano se fue por unos instantes, me acerque al chico, le tome del hombro.- Te duele.- Le pregunte y el me contesto con un tierno si.- Déjame verte.- Le gire el rostro con mis manos.- Sana sana potito de rana si no sana hoy sanara mañana.- Dije cantando la canción que mama me cantaba cada vez que algo malo me pasaba.

El me miro extrañado, parecía no saber que significaba lo que yo dije. Sus ojos se agrandaron, creo que en ese momento pensó que lo estaba embrujando. Me acerque y le di un beso sanador en su frente. Peor el quedo petrificado frente a mi.

Llego mi hermano con un cuchillo con mantequilla, se lo puso tres veces en cruz en el Chichón que le deje al niño.

Llego mi cuñada y mi sobrina, me contaron que mi hermano me fue a buscar en la noche. Era cierto estaba en el campo, emocionado Salí corriendo de la habitación, necesitaba conocer la corona entre medio del trigo.

Mi hermano me llevo a saludar a la gente de la casona, eran familiares de mi cuñada. Gente muy amable y linda que hasta el día de hoy llevo en mi corazón. Me presente y mi hermano me hizo pedir disculpas por haber agredido al joven de los ojos de luna resplandeciente.

Por fin me dejaron libre, corrí en busca de mi corona. Mi sorpresa fue mayor, había campos de trigo pero no eran como yo los imaginaba, todo era mas lindo. Grandes árboles, flores y animales nuevos para mí. Llegue hasta un gran sauce por el cual pasaba un pequeño riachuelo donde bebían agua los gansos.

Tome dos grandes ramas del sauce para hacer una especie de columpio. Batalle con las ramas por mas de treinta minutos, pero mis delgados brazos no me dejaron hacer nada. Me tire al suelo con un puchero en mi boca.

- Debes hacerlo así.- Dijo el joven que tiempo atrás había agredido con mi zapatilla.- Vez lo doblas y dan un nudo y ya esta.- Dijo ofreciéndome el columpio, no dude y subí a jugar mientras el hizo uno para el.
- Eres diferente.- Le dije mientras me balanceaba.
- Tu también.- Me contesto riendo.- Nunca había visto a un chico tan escuálido como tu y vestido de esa forma.
- Tu eres el gigante.- Reí.- Me llamo Taemin.- Le comente mi nombre.
- Soy Choi Minho.- Me estiro la mano y nos dimos un apretón de niños.

Avanzaban los días, Minho era muy divertido, me encantaba pasar mi día entero con el. Mi sobrina compartía con las otras dos niñas de la casona. Las niñas con las niñas y los dos niños juntos.

Por la noche compartíamos habitación, esa era la razón del día que lo conocí, el me miraba extraño ese día por que invadí su dormitorio.

Nos iluminábamos con velas. La pared de la habitación era de tablitas delgadas pintadas de color blanco. El usaba unos calzoncillos blancos hasta la rodilla, en cambio yo calzoncillos tradicionales. Pese a que solo me llevaba un año su cuerpo era mas macizo que el mío.

- Ese es un treile volando en la noche por lluvia.- Dijo haciendo con sus manos la sombra de un pájaro nocturno.
- Este es un conejito.- Dije apenado ya que el hacia sombras perfectas y yo solo un conejo sabia hacer.

Conversábamos mucho, pese ser de tan poca edad el sabia conmover mis sentimientos. Me contó que su madre lo dejo votado cuando tenia tres meses de edad. Lo dejo con la señora de la casona, la mujer es muy amable y amaba a Minho como su verdadero hijo, en su corazón el siempre estuvo.

Las semanas volaron, llego el día de despedirnos. Lo busque por todas partes pero no estaba, Corrí hasta nuestros columpios en el gran sauce, Ahí estaba, habían lagrimas en sus ojos.

- Por que vienes si te rías de todas formas.- Dijo bajando la mirada.
- Volveré el próximo año.- Le dije con mi voz de cuatro años entre cortada y tiritona.
- Te voy a extrañar.- Dijo estirando su mano para despedirse.
- Regresare.- Le dije tomando su mano y abrazándolo fuertemente

Así paso el tiempo, nos veíamos dos meses en el año. Aprovechábamos nuestros días juntos al máximo.

Tenía doce años y el trece, Había llegado nuevamente al campo. El había cambiado su apariencia, se vestía con ropas como las mías. Su cuerpo estaba marcado, a pesar de solo tener trece años ya tenia tonificado su pecho.

Estábamos en el sauce donde hablamos por primera vez. Nos mirábamos pero no hablábamos. El se bajo de su columpio y me tomo de la mano. Acaricio mis dedos y me miro a los ojos.

- Sabes como besar.- Me pregunto preocupado.
- Claro soy de la ciudad, es mas ya di mi primer beso.- Mentí de los nervios, ese tipo de conversaciones con el me daban morbo, el me gustaba mucho.
- De veras.- Dijo emocionado.- Puedes enseñarme a mi.- Sentí que mi estomago se pintaba de blanco.
- Esta bien.- Dije mientras mis manos sudaban.

El cerró sus ojos, después de todo el que le enseñaría seria yo. No sabia como se hacia pero me acerque hasta su rostro. Me detuve frente a sus labios, sentí su respiración chochar con la mía.- Hazlo.- Me dijo aun con sus ojos cerrados.

Junte mis labios con los suyos. Así estuve unos segundos, recordé los besos de películas y abrí un poco mis labios, saboree con mi lengua sus carnosos labios, intente dar unas mordidas suaves, gran error lo deje sangrando.

- Lo siento.- dije llevando mis manos a mi boca.
- Por que.- Me pregunto riendo en vez de quejarse por haberlo mordido.
- Estas con sangre en tus labios por mi culpa.- Estaba asustado.

El camino hacia mi y me planto sus labios en los míos. Amos inexpertos besándose por primera vez. De ves en cuando nuestros dientes chocaban, pero aun así ese fue el primer beso de nos dos.

Así estuvimos por todos los días que estuve en el campo. No mencionábamos si nos queríamos, o si éramos novios, solo nos besábamos como si nos quisiéramos devorar nuestras bocas.

Llego el día de volver a la ciudad. Como todos los años el huía al gran sauce. Sus ojos con lágrimas me miraban con nostalgia. Llegue hasta el y lo abrase fuertemente.

- Sabes que regresare el próximo año.- Le dije al oído.
- Me gustaría que estés el año entero conmigo.- Sus lagrimas caían.
- Un año no es un siglo, espérame.- Le dije limpiando sus lágrimas con mis labios, lo bese y comencé alejar. Su mirada era mas triste que la de los otros años, como si su alma presintiera que no volveríamos a vernos.

Ese año fue el más lento de todos. Día a día extrañaba mas a mi amigo, solo éramos amigos, extrañaba sus labios, la manera en que aprendimos a besarnos.

Por fin habían llegado las vacaciones y ya estábamos en el bus. Llegamos al campo, todo estaba igual, todo en el mismo lugar que había quedado el año pasado.

Con la mirada busque por todas partes a Minho, era extraño, cada vez que regresaba el me esperaba a la bajada del bus.

- El no vendrá por ti pequeño Taemin.- Dijo la mujer que lo había criado.- Su madre de carne me lo arrebato de los brazos.- Dijo con los ojos vidriosos.


2 comentarios:

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  2. omoo!!! lo ame en verdad siguelo esta hermoso yo llore a mas no poder cuando se lo llevaron waaaaa

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